El año pasado cayó la venta de televisores un 6,3%, un descenso mayor del esperado, y que no se producía desde hacía más de una década. Lo afirma un estudio de IHS (propietaria de Screen Digest), que data en 238,5 millones los aparatos vendidos en 2012, por los 254,6 de 2011.
No se prevé que las ventas vuelvan a rebasar el nivel de 2011 hasta 2015, cuando se estima que lleguen a los 253 millones de unidades. En el último decenio, el sector se había beneficiado del progresivo cambio al parque de televisores de pantalla plana. Los crecimientos interanuales habían llegado a las dos cifras. Pero en la actualidad, las cosas han cambiado. Dos razones se apuntan como el freno a las ventas. La primera, por supuesto, la crisis económica que afecta en especial a las economías occidentales. La segunda, una cierta saturación del sector: la mayoría de los hogares ya ha sustituido su viejo aparato catódico y el televisor de pantalla plana aún no ha cumplido su ciclo de vida.
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Para 2013 se prevé que las ventas igualen los números de 2012. El crecimiento que se espera para 2014 vendrá de la mano del Mundial de Fútbol de Brasil, que hará subir especialmente las compras de televisores en América Latina. 2017 será año de un nuevo despegue, por la recuperación económica mundial y por la fabricación en serie (y abaratamiento) de nuevas tecnologías, como los televisores de ultra alta definición (UHD, en sus iniciales inglesas) y los de luz orgánica (OLED).
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